Tuesday, July 20, 2010

¡Santo Sepulcro, Batman!

A continuación una selección de notas sobre mi visita a la Ciudad Vieja en Jerusalén:
Entrada al Santo Sepulcro


13 de Julio, 2010- Santo Sepulcro, Jerusalén. 
Ésta es la quinta o sexta vez que visito el Santo Sepulcro, uno de los lugares más sagrados en la historia de la humanidad.  Como judío, vengo en calidad de extranjero, para empaparme y disfrutar de diferentes maneras de adorar.
 Una vez adentro, me doy cuenta de que me he acostumbrado a visitar tantas iglesias en México que  ya no me impresiona las muestras de religiosidad cristiana, las encuentro demasiado predecibles y tortuosas, me parecen ya un lugar común (aunque no por eso es me sean más fáciles de asimilar). 

Es chistoso, hace un año me quedaba completamente pasmado al entrar en este mismo lugar, me impresionaba de sobremanera el ver a tanta gente de diferentes  rincones del mundo cristiano. Ahora me doy cuenta de lo  extravagante que es el hecho de que cada una de estas personas haya pagado  miles y miles de dólares para venir a arrodillarse junto a la piedra sobre la cual Jesús murió. Todo esto  para regresar a sus casas repletos de santidad. 

Creyentes frente a la piedra donde murió Jesús

Las personas extraen de sus bolsas y mochilas la más amplia variedad de objetos íntimos: cruces, ropa, y demás. Las cargan de energía sagrada,  restregándolas contra la superficie de la piedra en una especie de éxtasis sexual. Mujeres y hombres caucásicos soban la piedra, acariciándola, depositando en ella todas las esperanzas de redención de una vida vivida en calidad de pecado original.

Ya no me emociona la compleja puesta en escena de religiosidad del cristianismo. Hoy, encuentro todo  en Jerusalén demasiado turístico, demasiado bien cuidado para ser realmente santo y real. 


Cola para entrar a rezar 

En este momento me encuentro en una de las muchas capillas del lugar. Mientras escribo esto, a mi derecha veo como un monje ruso y su amante posan como estatuas frente a los turistas y me acaba pareciendo que en  estos lugares la apariencia es más importante que la realidad.

Monje ruso discutiendo con devota 
Hagamos un acercamiento a esta escena: la cara del monje tiene una distribución completamente asimétrica de vello facial, lo que le falta de pelo en la barba lo tiene en la calva. A tal grado está todo mal distribuido, que el mismo pelo parece haber distorsionado el centro de gravedad de todo su cuerpo; parece como si constantemente tuviera que contra-arrestar el peso de su barba, parece como si se fuera a tropezar.


El monje está mandando mensajes SMS a todos sus carnales. Al igual que un guardia en un museo, utiliza el celular para conectarse con el mundo de afuera. Se ve que está aburrido, quiere aventura y diversión. En este mundo hiper-conectado hay demasiadas tentaciones como para quedarse todo el día resguardando un lugar sagrado.


No comments:

Post a Comment